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ad eloy adiestrando
Artículo original escrito por

[Eloy Díez Blanco]

Antecedentes de hecho

Dada la circunstancia de que, a día de hoy, el aumento de mascotas en nuestros domicilios particulares está en auge, nos encontramos con la problemática de que los que disfrutamos -y somos amantes de los perros-  hemos tenido que aprender a convivir como buenos vecinos en cada una de nuestras comunidades, localidades, y edificios de viviendas.  Pero eso conlleva una serie de responsabilidades y obligaciones con nuestro amigo el perro y por supuesto con nuestros vecinos, tanto dentro como fuera de casa, en la calle, en parques, etc.

Deberíamos asumir desde el primer momento que nuestro perro es un miembro más de la familia y que, como tal, tiene que aceptar, aprender y cumplir una serie de normas de comportamiento para evitar cualquier tipo de problemas con nuestros vecinos, con los que tenemos que convivir, y asumir que muchos de ellos son reacios a las mascotas.  Lo normal es que exijan un mínimo de respeto, buenas maneras y qué menos que un comportamiento sociable en nuestro día a día; es por ello que son muchos los que nos interesamos por la buena socialización desde el primer día y que nuestro perro acepte a todos los miembros de la sociedad para mantener una buena convivencia.

Cómo no informar de ello a nuestros amigos veterinarios, que se encuentran con diversas problemáticas al tratar perros con problemas de conducta en su consulta, y tienen que atender heridas (a veces de gravedad) debido a las peleas en los parques, unas veces por falta de control de la agresividad y otras porque todo ha empezado como un juego en el parque con otro perro, y al imponer su carácter en el juego uno de los dos, tristemente acaba en pelea por falta de control de su amo, inexperiencia en conducta y, a veces,  porque asumimos que nuestro perro es un hijo… Por mucho amor que le tengamos no hay que tenerle consentido, puesto que esta actitud conlleva a un dominio de él hacia nosotros, pudiendo acabar en un grave problema.

Siempre debemos asesorarnos antes de comprar o adoptar un perro, saber ajustarnos al tamaño de la vivienda y qué tipo de perro nos conviene o se adapta más a la situación de nuestra familia.

Las observaciones que los adiestradores hacemos a diario, persiguen crear una manera de motivar a dueño y perro, y así premiar de alguna forma a ambos… Y también a la comunidad mediante: “EL PROGRAMA DEL CIUDADANO CANINO EJEMPLAR”, para que tengamos unas mínimas buenas formas con el resto de la sociedad que hará de todos la vida cotidiana más agradable.

Consideraciones Generales de la prueba de CCE

El Programa de CCE está creado tanto para perros de raza, como sus cruces y mestizajes. La prueba de CCE no es una competición y no se requiere que los perros realicen las pruebas con la misma precisión y formulismo que se requiere en las pruebas de competición deportivas.

Los perros que obtienen el aprobado en los 10 ejercicios de la prueba CCE, son inscritos en los registros de CCE de la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales. Los propietarios guía de los perros que aprueben los 10 ejercicios de la prueba CCE obtendrán un certificado oficial CCE de la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales.

Los participantes durante la prueba podrán dirigirse a sus perros e interaccionar con ellos en todas las partes de la prueba y la atmosfera deberá ser relajada. Los participantes deberían alabar y premiar a sus perros en todas las partes de la prueba con la alabanza, voz suave, caricias, etc.

Alimento durante las pruebas

No está permitido a los participantes usar el alimento como recompensa durante la prueba de CCE. Aunque reconocemos que el alimento es un potente reforzador que suele usarse con eficacia en la educación es considerado como una ayuda en la prueba y no debería ser usado en la prueba CCE. El objetivo de la Prueba de CCE es la de determinar si el perro ha aprendido todas las habilidades para pasar la prueba y si el perro puede ser controlado por el propietario sin que éste le ofrezca ningún incentivo especial.

 
ad Ciudadano Canino Ejemplar
 

Eliminación (orinar/defecar) durante la prueba

Cualquier perro que elimina (orina y/o defeca) durante la realización de la prueba no debería pasar la prueba. La única excepciones a esto es aquella eliminación que está permitida entre ejercicios (p.ej., el perro orina sobre un arbusto cuando se encuentra andando para dirigirse a la zona donde se desarrollará el siguiente ejercicio) y en la Prueba 10 cuando la prueba es realizada al aire libre.
 
Los evaluadores deberían escoger una posición de prueba de CCE con cuidado si la prueba es realizada al aire libre para prevenir problemas con la eliminación de perros durante pruebas.
 
Segunda oportunidad en una misma prueba.
El Juez Evaluador puede decidir permitir a los perros que han fallado solo en la ejecución de un ejercicio el volver a realizarlo una vez finalizados todos los perros presentados a la prueba, esto se conoce como segunda oportunidad y será realizado solo por los que han fallado un solo ejercicio.
 
 
Vicisitudes, honorarios y Centros Autorizados
 
Perros con vicisitudes
 
Los perros con vicisitudes como la pérdida de una pata, sordera, o ceguera en un ojo son bienvenidos y aceptados a las pruebas de Ciudadano Canino Ejemplar. Estos perros deben realizar con aptitud los 10 ejercicios para pasar la prueba, sin embargo, los presentadores  pueden usar señales con la mano, gestos, u otras señales a las cuales el perro haya sido entrenado para responder.
 
No hay ninguna clase de excepciones específicas a las exigencias de prueba (p.ej.: los perros no pueden saltarse el ejercicio de sentado porque «a esta raza no le gusta sentarse”), si el perro no se sienta y su propietario no controla la orden en este ejercicio, el ejercicio será suspendido y no pasara la prueba de CCE.
 
Participantes con Vicisitudes
 
Se debe animar a los participantes con vicisitudes, cojeras, sillas de ruedas, participantes con síndrome de down, etc., a entrar en la prueba facilitándoles la participación, para ello si se deben hacer cambios en los procedimientos estándar para acomodar a los participantes con vicisitudes se hará, pero en ningún caso se pasará por alto la no realización de una prueba por parte del perro, la falta de control de un perro es eso falta de control y por ello no puede comportarse como un ciudadano canino ejemplar.
 
No obstante el Juez Evaluador usará su buen juicio para manejar la situación y en el apartado observaciones esbozará lo que estime oportuno o las recomendaciones que ha facilitado al participante.
 
Honorarios
 
Los honorarios más comunes fijados para esta prueba son de 10 euros por participante y perro. El Certificado de CCE expedido y registrado por la ANACP tiene un coste de 20 euros por certificado y será solicitado y abonado por el Centro, Escuela o Club de Adiestramiento organizador debiendo serle abonados previamente a ellos por los propietarios que hayan obtenido el apto en la prueba de CCE.
 
D.ELOY DÍEZ BLANCO
Nº DE JUEZ: 2638/2016
ad Ciudadano Canino Ejemplar
 

Eliminación (orinar/defecar) durante la prueba

Cualquier perro que elimina (orina y/o defeca) durante la realización de la prueba no debería pasar la prueba. La única excepciones a esto es aquella eliminación que está permitida entre ejercicios (p.ej., el perro orina sobre un arbusto cuando se encuentra andando para dirigirse a la zona donde se desarrollará el siguiente ejercicio) y en la Prueba 10 cuando la prueba es realizada al aire libre.
 
Los evaluadores deberían escoger una posición de prueba de CCE con cuidado si la prueba es realizada al aire libre para prevenir problemas con la eliminación de perros durante pruebas.
 
Segunda oportunidad en una misma prueba.
El Juez Evaluador puede decidir permitir a los perros que han fallado solo en la ejecución de un ejercicio el volver a realizarlo una vez finalizados todos los perros presentados a la prueba, esto se conoce como segunda oportunidad y será realizado solo por los que han fallado un solo ejercicio.
 
 
Vicisitudes, honorarios y Centros Autorizados
 
Perros con vicisitudes
 
Los perros con vicisitudes como la pérdida de una pata, sordera, o ceguera en un ojo son bienvenidos y aceptados a las pruebas de Ciudadano Canino Ejemplar. Estos perros deben realizar con aptitud los 10 ejercicios para pasar la prueba, sin embargo, los presentadores  pueden usar señales con la mano, gestos, u otras señales a las cuales el perro haya sido entrenado para responder.
 
No hay ninguna clase de excepciones específicas a las exigencias de prueba (p.ej.: los perros no pueden saltarse el ejercicio de sentado porque «a esta raza no le gusta sentarse”), si el perro no se sienta y su propietario no controla la orden en este ejercicio, el ejercicio será suspendido y no pasara la prueba de CCE.
 
Participantes con Vicisitudes
 
Se debe animar a los participantes con vicisitudes, cojeras, sillas de ruedas, participantes con síndrome de down, etc., a entrar en la prueba facilitándoles la participación, para ello si se deben hacer cambios en los procedimientos estándar para acomodar a los participantes con vicisitudes se hará, pero en ningún caso se pasará por alto la no realización de una prueba por parte del perro, la falta de control de un perro es eso falta de control y por ello no puede comportarse como un ciudadano canino ejemplar.
 
No obstante el Juez Evaluador usará su buen juicio para manejar la situación y en el apartado observaciones esbozará lo que estime oportuno o las recomendaciones que ha facilitado al participante.
 
Honorarios
 
Los honorarios más comunes fijados para esta prueba son de 10 euros por participante y perro. El Certificado de CCE expedido y registrado por la ANACP tiene un coste de 20 euros por certificado y será solicitado y abonado por el Centro, Escuela o Club de Adiestramiento organizador debiendo serle abonados previamente a ellos por los propietarios que hayan obtenido el apto en la prueba de CCE.
 
D.ELOY DÍEZ BLANCO
Nº DE JUEZ: 2638/2016
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Artículo original escrito por

[Eloy Díez Blanco]

Antecedentes de hecho

Dada la circunstancia de que, a día de hoy, el aumento de mascotas en nuestros domicilios particulares está en auge, nos encontramos con la problemática de que los que disfrutamos -y somos amantes de los perros-  hemos tenido que aprender a convivir como buenos vecinos en cada una de nuestras comunidades, localidades, y edificios de viviendas.  Pero eso conlleva una serie de responsabilidades y obligaciones con nuestro amigo el perro y por supuesto con nuestros vecinos, tanto dentro como fuera de casa, en la calle, en parques, etc.

Deberíamos asumir desde el primer momento que nuestro perro es un miembro más de la familia y que, como tal, tiene que aceptar, aprender y cumplir una serie de normas de comportamiento para evitar cualquier tipo de problemas con nuestros vecinos, con los que tenemos que convivir, y asumir que muchos de ellos son reacios a las mascotas.  Lo normal es que exijan un mínimo de respeto, buenas maneras y qué menos que un comportamiento sociable en nuestro día a día; es por ello que son muchos los que nos interesamos por la buena socialización desde el primer día y que nuestro perro acepte a todos los miembros de la sociedad para mantener una buena convivencia.

Cómo no informar de ello a nuestros amigos veterinarios, que se encuentran con diversas problemáticas al tratar perros con problemas de conducta en su consulta, y tienen que atender heridas (a veces de gravedad) debido a las peleas en los parques, unas veces por falta de control de la agresividad y otras porque todo ha empezado como un juego en el parque con otro perro, y al imponer su carácter en el juego uno de los dos, tristemente acaba en pelea por falta de control de su amo, inexperiencia en conducta y, a veces,  porque asumimos que nuestro perro es un hijo… Por mucho amor que le tengamos no hay que tenerle consentido, puesto que esta actitud conlleva a un dominio de él hacia nosotros, pudiendo acabar en un grave problema.

Siempre debemos asesorarnos antes de comprar o adoptar un perro, saber ajustarnos al tamaño de la vivienda y qué tipo de perro nos conviene o se adapta más a la situación de nuestra familia.

Las observaciones que los adiestradores hacemos a diario, persiguen crear una manera de motivar a dueño y perro, y así premiar de alguna forma a ambos… Y también a la comunidad mediante: “EL PROGRAMA DEL CIUDADANO CANINO EJEMPLAR”, para que tengamos unas mínimas buenas formas con el resto de la sociedad que hará de todos la vida cotidiana más agradable.

Consideraciones Generales de la prueba de CCE

El Programa de CCE está creado tanto para perros de raza, como sus cruces y mestizajes. La prueba de CCE no es una competición y no se requiere que los perros realicen las pruebas con la misma precisión y formulismo que se requiere en las pruebas de competición deportivas.

Los perros que obtienen el aprobado en los 10 ejercicios de la prueba CCE, son inscritos en los registros de CCE de la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales. Los propietarios guía de los perros que aprueben los 10 ejercicios de la prueba CCE obtendrán un certificado oficial CCE de la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales.

Los participantes durante la prueba podrán dirigirse a sus perros e interaccionar con ellos en todas las partes de la prueba y la atmosfera deberá ser relajada. Los participantes deberían alabar y premiar a sus perros en todas las partes de la prueba con la alabanza, voz suave, caricias, etc.

Alimento durante las pruebas

No está permitido a los participantes usar el alimento como recompensa durante la prueba de CCE. Aunque reconocemos que el alimento es un potente reforzador que suele usarse con eficacia en la educación es considerado como una ayuda en la prueba y no debería ser usado en la prueba CCE. El objetivo de la Prueba de CCE es la de determinar si el perro ha aprendido todas las habilidades para pasar la prueba y si el perro puede ser controlado por el propietario sin que éste le ofrezca ningún incentivo especial.